publicado el :21/03/2012
La vorágine de emociones que sacude al cantante y compositor Kendo Kaponi al conversar sobre su pasado lo ha inspirado para desahogar su dolor a través de sus canciones callejeras, lo que le ganó el respeto de los veteranos del reguetón para quienes ha escrito.
A los siete años empezó a vivir en hogares sustitutos del
Departamento de la Familia debido a la adicción de sus padres. Su
rebeldía la manifestó en la calle, por lo que con sólo 13 años cumplió
cárcel hasta los 19 por un caso de drogas, violación a Ley de Armas,
tentativa de asesinato y restricción a la libertad. Luego, culminó una
probatoria hasta los 21 años bajo el programa Vida Independiente, donde
se convirtió en barbero.
“Yo era un niño buscando dirección”, dice con un dejo de tristeza en
su mirada el artista, que sólo estudió hasta el quinto grado de escuela
elemental.
Afirma creer en Dios, pese a que intentó suicidarse a los 16 años
tomando pastillas, pero por las cámaras de seguridad en el hogar donde
se encontraba cumpliendo su condena, pudo ser socorrido.
En cuanto a la palestra musical, narra que su nombre, Kendo Kaponi,
fue tomando fuerza tras componer para Wisin & Yandel el tema
Quítame el dolor, trabajar en la mayoría de las canciones
de Cosculluela, en el disco El juicio final, de Héctor Delgado, antes
conocido como Héctor “el Father” y con Daddy Yankee en el remix Llegamos a la disco.
“Soy de las personas que cree en escribir lo que se vive, lo que se
ve. No creo en inventar y sé que es de los artistas inventar. Es más
bonito cuando aprendes a redactar todo lo que te rodea”, precisa el
orgulloso padre de Kidaea Gasel (7) y Cheniel Kaponi (8), a quienes les
profesa el amor que no recibió de su familia, protege y no les permite
escuchar suscanciones callejeras.
Don Omar fue su ángel
Su nombre y rostro se dieron a conocer formalmente gracias a que Don
Omar lo sacó del anonimato al firmarlo bajo su compañía Meet the
Orphans en 2009, grabando juntos varios temas. Pero, por diferencias
entre ellos se enemistaron a finales de 2010.
“El día que le pedí a Papá Dios la oportunidad de ser alguien, yo no le pedí fama ni dinero,
sino una oportunidad en la música para que todo el mundo me mirara y yo
demostrar que yo puedo (hacer algo con su talento). Y luego apareció
Don Omar”, admite desde el parque Luis Muñoz Rivera, en San Juan.
Aunque José Fernando Rivera Morales, su nombre real, difería en la
mayoría de los consejos que “el Rey del Reguetón” le daba, como que
dejara las juntillas a nivel calle.
“Hubieron muchas cosas que no entendía que él entendía. Sus
decisiones no eran mis decisiones. No es lo mismo que te digan que te
vas a caer si brincas y uno le diga a la persona que voy a brincar, y
te caíste. Uno tiene que vivir para entender”, sostiene el joven de 27
años, natural de Bayamón, cuyas amistades son del barrio y del bajo mundo, lo que, explica, no implica que esté en acciones delictivas.
Con simpatía el vocalista indica que “no he salido en la televisión,
en ningún lao (medio noticioso) y la gente me conoce en la calle. Soy
un muchacho que me falta tanto por hacer. Quizá la gente ve una imagen
de mí que no existe, soy el más bravo en miscanciones, pero soy el más sentimental del mundo, el más fácil que se lastima. Tengo la capucha de un monstruo, pero ésta es la única manera de defender lo que he logrado”.
Conoce a su padre ya muerto
Kendo Kaponi lleva en su alma un sinnúmero de preguntas que la vida
no le permitió aclarar directamente con su progenitor porque lo vio por
primera vez en un ataúd.
“La primera vez que vi a mi papá lo vi en una caja y es el
sentimiento más raro que uno puede sentir. Quizá yo le hubiera podido
pedir a la vida oírlo hablar, aunque no fuera ni para cuestionarlo,
sino que era algo que me merezco y boom, me encontré ahí (dice con la
voz entrecortada). Lo enterramos y mi hermana se desparramó en llanto y
yo también. Es raro cuando tú lloras por alguien que tú no amas”,
revela lloroso.
Su mamá muere de Sida
A los 19 años, cuando salió de prisión para continuar una probatoria
domiciliaria, su madre estaba rehabilitada de las drogas, por lo que se
fue a vivir con ella, pero “me duró seis meses porque murió de sida”.
“Yo todavía estaba en un programa de probatoria y llamaron a mi
familia para que alguien tuviera mi custodia, pero dijeron que no, que
me ingresaran, que no me podían coger”, dice al tiempo que agrega que
su trabajadora social le consiguió participar
en el programa Vida Independiente y en lo que lo ubicaban con su tío
político, Santos Rivera, el esposo de su tía María Morales, quien lo
recibió en su hogar.
Anyel Don the creative,,,,,,,,,,,,
Kendo Kaponi: un talento en el bajo mundo de la música
Posted by el cantante on 6:59
0 comentarios:
Publicar un comentario